El Papa rezó el ángelus ante una de las mayores multitudes de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro desde tiempos de la pandemia.
Recordó que era la Jornada Mundial de la Salud Mental y rezó especialmente por las víctimas del suicidio.
FRANCISCO
'Hoy, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, me gustaría recordar a nuestros hermanos y hermanas afectados por trastornos mentales y también a las víctimas, a menudo jóvenes, del suicidio. Recemos por ellos y por sus familias, para que no estén solos ni discriminados, sino acogidos y apoyados'.
El Papa reflexionó sobre el Evangelio del joven rico que preguntó a Jesús qué debía hacer para ir al cielo. Según él, no alcanzaba el verdadero objetivo de la fe.
FRANCISCO
'Queridos hermanos y hermanas, una fe sin dar, una fe sin gratuidad, es una fe incompleta, una fe débil, una fe enferma. Podemos compararlo con un alimento rico y nutritivo que, sin embargo, carece de sabor, o con un partido bien jugado, pero sin marcar un gol: no sirve, le falta la sal'.
También recordó que habían sido beatificadas dos personas: una madre napolitana del siglo XVI, María Lorenza Longo, que fundó un hospital para enfermos terminales, y el fundador de los Oblatos del Sagrado Corazón, Francesco Mottola, del sur de Italia.
JM/BSB