El Papa comenzó la audiencia general bromeando sobre el tema de la catequesis: la comunión de los santos.
FRANCISCO
Muchas veces decimos en el Credo: creo en la comunión de los santos. Pero si nos preguntan qué significa eso, yo recuerdo que, de niño, respondía inmediatamente: “Ah, son los santos cuando reciben la comunión”.
Explicó que comunión de los santos significa pedir a los santos que están en el Cielo que intercedan a Dios para resolver sus necesidades. Dijo que es importante entender que el que hace el milagro es Dios, no el santo, que es un intermediario.
FRANCISCO
No es algo mágico, no es una superstición, la devoción a los santos. Es simplemente hablar con un hermano, una hermana, que está ante Dios, que llevó una vida justa, una vida santa, una vida de modelo y ahora está ante Dios. Y yo hablo con este hermano, con esta hermana, y le pido su intercesión para mis necesidades.
Al terminar su catequesis semanal, una persona comenzó a gritar, aunque el micrófono del Papa apenas lo hacía perceptible.
Sin embargo, Francisco no dejó pasar lo sucedido e interrumpió su discurso.
FRANCISCO
Yo querría terminar rezando por él. Nuestro hermano que sufre, pobre. Gritaba porque sufre. Tiene alguna necesidad. No seamos sordos a la necesidad de este hermano. Recemos juntos a la Virgen por él.
El hombre había gritado contra el uso de mascarillas y algunas ofensas al Papa y a la Iglesia.
Durante este ciclo de catequesis el Papa termina rezando una oración a San José. Francisco reveló algo personal. Dijo que esta es una oración que reza todos los días desde hace más de 40 años.
JRB
VM
