El Año Jubilar de Guadalupe, el antiguo santuario en Extremadura, España, arrancó el 2 de agosto de 2020, en plena pandemia. Las dificultades para desplazarse movieron a la archidiócesis de Toledo a pedir una prórroga, que la Santa Sede concedió hasta el próximo 10 de septiembre.
Por eso, en la reciente visita Ad Limina el arzobispo Francisco Cerro transmitió al Papa un mensaje claro.
FRANCISCO CERRO
Arzobispo de Toledo (España)
“Hay mucha gente que aprovecha esa peregrinación para confesarse, para recibir al Señor en la comunión y poder ganar el Jubileo con la Eucaristía. Es una experiencia que siento muy gozosa y de mucha fecundidad. Yo le agradecí al Papa prolongar este Jubileo de Guadalupe. Ha sido una bendición de Dios para toda la archidiócesis de Toledo, para Extremadura y para toda España”.
La realidad es que el virus no ha rebajado la devoción hacia esta antigua advocación de la Virgen con tanto arraigo en Castilla y Extremadura.
FRANCISCO CERRO
Arzobispo de Toledo (España)
“La respuesta de las peregrinaciones está siendo bastante grande los fines de semana. Los fines de semana puede haber 15 o 30 grupos que participan. Las peregrinaciones de jóvenes quizá no han sido tan masivas por el confinamiento, pero se han mantenido muchísimas, y están resultando muy hermosas”.
De su encuentro con el Papa, el arzobispo de Toledo salió impresionado por el aliento y la esperanza que transmite el pontífice.
FRANCISCO CERRO
Arzobispo de Toledo (España)
“Esa creatividad, con un Papa que está constantemente preocupado por buscar formas nuevas para llegar a la gente, para evangelizar a los jóvenes, para que sigamos, siga siendo un cristianismo atractivo. ¿Cómo anunciar hoy a Jesucristo para que haya muchos jóvenes que le sigan?”.
El primer Año Jubilar de Guadalupe fue establecido por el Papa Pablo III en 1536. Ahora esperan que esta prórroga en el Año Jubilar ayude a revitalizar la archidiócesis.
AO
