En noviembre de 2019, un sacerdote tuvo la idea de abrir una iglesia hinchable en la ciudad de Terneuzen, en Holanda. Con ella, recaudaba fondos para construir una estructura mucho más permanente.
JOCHEM VAN VELTHOVEN
Breda (Holanda)
“Fue el punto de partida para restaurar la preciosa torre de la iglesia de St. Willibrord. La iglesia ya no está, pero la torre sigue en pie. La primera vez que visité esta ciudad, vi la torre y pensé: 'Aquí tenemos que construir una capilla para la Virgen María, Reina de La Paz'. Así que empezamos a recaudar fondos para la torre”.
La iglesia hinchable ha servido para recaudar fondos para una capilla que será inaugurada en mayo, y para reunir a las personas en un proyecto común.
JOCHEM VAN VELTHOVEN
Breda (Holanda)
“Están muy contentos de que se les invite a entrar en esta iglesia. Eso es lo que tenemos que hacer. Ser amables, invitar a las personas, y cuando tengan preguntas, responderlas. Decirles, dime lo que piensas. Es muy importante que volvamos a encontrar las palabras para hablar de nuestra fe”.
La idea era invitar a quienes pasaban por allí a encender una vela y rezar dentro de la iglesia hinchable. El sacerdote lo vivió como una oportunidad para revitalizar la fe entre las personas. Una oportunidad de llegar a personas que no van a la iglesia.
JOCHEM VAN VELTHOVEN
Breda (Holanda)
“Personas de Siria, Irak, Irán, Polonia, Italia y España. Es estupendo ver cómo te devuelven la fe. También tenemos muchos sacerdotes de fuera, de la India, de Vietnam, Filipinas y de Argentina. Es bueno tener su testimonio de fe. Les digo: “Tú nos traes la fe”. Holanda ha dado muchos misioneros a la Iglesia. Ahora ellos regresan para traérnosla a nosotros”.
Para mantener vivo este entusiasmo, el sacerdote planea volver a sacar a las calles su iglesia hinchable. Y no sólo para recaudar fondos, sino para mostrar a las personas que las puertas de la Iglesia están siempre abiertas para todos.
CT
TR: SO
