Es la primera vez, desde hace dos años, que el Papa atraviesa en papamóvil la multitud en la Plaza de San Pedro, para dar comienzo a su audiencia del miércoles.
El Papa retomó su serie de catequesis sobre el valor de la vejez y los ancianos, y explicó cómo el cuarto mandamiento, 'honrarás a tu padre y a tu madre' se extiende no sólo a la familia, sino a todas las las generaciones que nos preceden, a todas las personas mayores.
Expresó su decepción por la cultura actual de los jóvenes, que desprecia el valor de las personas mayores, y se refirió a un caso concreto que ocurrió en Italia, unos niños prendieron fuego a la manta de un anciano sin hogar.
FRANCISCO
Estos jóvenes que prendieron fuego a la manta de un indigente son la punta del iceberg, es decir, del desprecio a una vida que se aleja de los impulsos de la juventud, ya parece una vida de descarte, siendo aquí la palabra clave descarte, despreciar a los ancianos es descartarlos de la vida, apartarlos, tirarlos al suelo.
A continuación, el Papa insistió a los padres a acercar a sus hijos a las personas mayores de su vida para combatir la cultura del desprecio.
FRANCISCO
Por favor, acerquen a los niños, a los niños pequeños a los ancianos, acérquenlos siempre, y cuando el anciano esté enfermo, un poco mal de la cabeza, acérquenlo siempre, para que sepan que esta es nuestra carne, que esto ha hecho posible que estemos aquí ahora, por favor, no alejen a los ancianos.
A continuación, el Papa saludó a varios grupos de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, y agradeció a los peregrinos polacos la acogida de los refugiados ucranianos en sus casas. Después impartió su bendición rodeado de flores de Pascua.
JM
TR: SO
