Es secreto pero el Papa espera renovarlo. Así de claro se ha referido el Pontífice al controvertido acuerdo suscrito en 2018 entre Vaticano y Pekín sobre el nombramiento de obispos católicos romanos. No es lo ideal, ha dicho el Papa Francisco en una entrevista a la agencia Reuters, pero espera que pueda renovarse en octubre porque la Iglesia tiene una visión a largo plazo.
En realidad, su fracaso sería el fracaso de la entera estrategia diplomática vaticana del último decenio, como recuerda el escritor y periodista Massimo Franco.
MASSIMO FRANCO
periodista de 'Il Corriere della Sera'
El Papa había invertido mucho en los últimos años en su relación con Rusia en materia de ortodoxia y diálogo interreligioso, y con China con el acuerdo limitado y secreto para coordinar el nombramiento de algunos obispos. La paradoja y la contradicción es que hoy el Papa se ve impedido el diálogo tanto con una Rusia que ha invadido Ucrania como con una China que no sólo apoya a Rusia, al menos hasta ahora, sino que ha detenido al cardenal Zen, el cardenal emérito de Hong Kong, dando de alguna manera una señal de peso de la distensión entre el Vaticano y China tras el acuerdo.
Precisamente el cardenal Joseph Zen, de 90 años, antiguo arzobispo de Hong Kong, cuyo arresto en mayo fue rápidamente condenado por la Santa Sede y resuelto a las pocas horas, es también una de las voces más críticas sobre este acuerdo, con el que el Vaticano, a su entender, hace la vista gorda a las continuas violaciones de los derechos humanos en China.