Unos 50.000 miembros de Comunión y Liberación se reunieron en la Plaza de San Pedro para encontrarse con el Papa. Vinieron de todo el mundo para celebrar el centenario del nacimiento de su fundador, el padre Luigi Giusssani.
Los asistentes cantaron y escucharon algunas grabaciones con reflexiones de su fundador. Después el Papa llegó en papamóvil para saludarlos.
Francisco fue recibido por el primer presidente laico del movimiento, Davide Prosperi. Fue elegido después de que el Vaticano estableciera una duración límite a los mandatos de los líderes de los movimientos de laicos. Algunas voces interpretaron esta decisión como especialmente dirigida a Comunión y Liberación.
Los miembros del movimiento compartieron con el Papa sus testimonios personales. Como Rose.
También yo, que vengo de África, he conocido la gran familia eclesial a través de la mirada de don Giussani. Quien me enseñó a descubrirme a mí misma a través del reconocimiento de una Presencia misteriosa. Una Presencia que con el paso del tiempo asumió de forma más inconfundible el rostro de Cristo.
El Papa se dirigió a la multitud reunida y les habló de este periodo de transición en el movimiento. Les pidió verlo como una oportunidad para crecer.
FRANCSICO
Los tiempos de crisis son tiempos para recapitular vuestra extraordinaria historia de caridad, de cultura y de misión. Son tiempos de discernir críticamente qué ha limitado el fértil potencial del carisma del padre Giussani. Son tiempos de renovación y relanzamiento misionero a la luz del momento eclesial actual. También de la necesidad, del sufrimiento y de la esperanza de la humanidad contemporánea. La crisis nos hace crecer. No debe reducirse al conflicto, que anula.
El Papa les pidió que no pierdan de vista su carisma original. Consiste en vivir la vida como un continuo encuentro con Cristo. Francisco dijo que atender las necesidades de la Iglesia se parece a aquella primera llamada de Jesús a los discípulos en Galilea.
FRANCISCO
Pero aparte del servicio a la autoridad es fundamental que, entre todos los miembros del movimiento, siga vivo el carisma. Así la vida cristiana conserva la fascinación del primer encuentro. No olvidéis aquella primera llamada en Galilea, ese primer encuentro en Galilea. Volved siempre allí. A esa primera Galilea que cada uno ha vivido. Esto os dará la fuerza para caminar siempre en obediencia con la Iglesia.
Actualmente Comunión y Liberación tiene más de 60.000 miembros activos por todo el mundo y presencia en más de 90 países. En 2005, cuando Joseph Ratzinger era aún solo un cardenal, viajó a Milán y dio la homilía en el funeral del padre Giussani.
JM
TR: RM
