Fue estimada hasta por reyes, puesto que Felipe IV, en medio de la decadencia del Imperio español, buscaba su consejo. Y es considerada como una de las grandes evangelizadoras de Nuevo México y Texas gracias al don de la bilocación que le permitía salir de su claustro sin abandonarlo.
Pero a pesar de esta aparente actividad María de Jesús de Ágreda es considerada como una gran mística. Así lo dijo el papa a los participantes en un congreso en Roma sobre la figura de esta mujer.
FRANCISCO
Fue una mujer excepcional que ustedes han querido definir como “enamorada de la Escritura”, una “mística mariana” y “evangelizadora de América”.
Francisco señaló que María de Jesús de Ágreda recuerda las tres lecciones que una mujer contemplativa puede dar a la Iglesia: el silencio, porque permite escuchar. La mística que es esa relación con Dios que nace gracias al silencio. Y por último, la dimensión misionera, que a Francisco le recuerda a Santa Teresa del Niño Jesús, otra religiosa de clausura que destacó por su espíritu evangelizador.
JRB
