De camino a la Plaza de la Unidad de Italia, para celebrar misa, se pudieron ver algunas imágenes entrañables del papa saludando a los enfermos.
Para despedirse de Trieste el papa celebró esta misa en el corazón de la ciudad. En ella el papa subrayó la necesidad de un cristianismo activo que sepa quitarse de encima el peso de problemas como el consumismo, que impiden salir al encuentro de los problemas sociales del propio país.
FRANCISCO
¿Habéis pensado si el consumismo entró en vuestro corazón? Esa ansia de tener, de tener cosas, de tener más. Esa ansia de malgastar dinero. El consumismo es una plaga, es un cáncer. Te enferma el corazón, te vuelve egoísta.
Una de las anécdotas que dejó la jornada fue el aplauso de ánimo que se llevó el papa al reconocer que tenía problemas para leer la homilía a causa del sol.
FRANCISCO
Perdón por leer así pero el sol me mueve todo.
Al terminar el papa animó a los habitantes de la ciudad a afrontar con valentía el desafío de acoger a los migrantes de los Balcanes.
JRB