En el Vaticano, se celebró a la primera hora de la mañana la misa Pro Eligendo Pontifice. Es la considerada la antesala del cónclave.
Todos los cardenales, mayores y menores de 80 años, acompañados por los fieles, invocan al espíritu santo para que asista a aquellos que votarán al nuevo papa.
La presidió el decano del colegio cardenalicio, que no podrá entrar a la Capilla Sixtina al no ser elector. Pero, precisamente, su homilía la dirigió a aquellos que sí votarán al próximo pontífice.
CARD. GIOVANNI BATTISTA RE, Decano del Colegio Cardenalicio
Rezar, invocando al Espíritu Santo, es la única actitud justa y necesaria, mientras los
cardenales electores se preparan a un acto de máxima responsabilidad humana y eclesial, y a una decisión de gran importancia; un acto humano por el cual se debe abandonar cualquier consideración personal, y tener en la mente y en el corazón sólo al Dios de Jesucristo y el bien de la Iglesia y de la humanidad.
El decano perfiló algunos de los desafíos que tendrá el nuevo papa. Por un lado, debe ser un pontífice evangelizador, en un mundo secularizado marcado por la tecnología.
Además, tendrá la tarea de que crezca la comunión entre los cristianos, con el papa y con los obispos. Es decir, a todos los niveles de la Iglesia.
CARD. GIOVANNI BATTISTA RE, Decano del Colegio Cardenalicio
No una comunión autorreferencial, sino dirigida totalmente a la comunión entre las personas, los pueblos y las culturas, velando para que la Iglesia sea siempre “casa y escuela de comunión”. También es fuerte la llamada a mantener la unidad de la Iglesia en la senda trazada por Cristo a los Apóstoles. La unidad de la Iglesia es querida por Cristo; una unidad que no significa uniformidad, sino una firme y profunda comunión en la diversidad, siempre que se mantenga en plena fidelidad al Evangelio.
Esta celebración se suele realizar en la basílica de San Pedro. Después de la misa, los cardenales vuelven a Santa Marta, donde se están alojando.
CA