Sally Axworthy, embajadora británica ante la Santa Sede, concluye actualmente su misión tras cinco años en Roma. Si algo le ha impresionado de la Iglesia ha sido el trabajo callado y silencioso de muchas mujeres.
SALLY AXWORTHY
Embajadora de Reino Unido ante la S. Sede
'Me ha impresionado especialmente la labor de las mujeres religiosas. Antes de llegar a Roma no conocía a ninguna religiosa, así que en mi primera Jornada Internacional de la Mujer me entrevisté con líderes religiosas británicas, probablemente todas las religiosas británicas de Roma, y pude escuchar sus historias. Era algo increíble. Historias de servicio en lugares hostiles, en condiciones cambiantes y de abandono. Hablé sobre las motivaciones de su entrega, por qué decidieron hacerse religiosas y qué suponía la vida religiosa para ellas. Me dejó realmente conmovida”.
La lucha contra la trata de personas, el empeño por el respeto del medio ambiente o el diálogo interreligioso son causas en las que el Reino Unido y la Santa Sede han trabajado codo con codo.
SALLY AXWORTHY
Embajadora de Reino Unido ante la S. Sede
'Creo que el Papa Francisco ha acertado al decir que las creencias religiosas no son solo algo privado y personal, sino que deberían afectar a tu comportamiento en toda tu vida.”
La etapa de esta embajadora británica tuvo un momento culminante en la Plaza de San Pedro con un santo inglés de alcance universal.
SALLY AXWORTHY
Embajadora de Reino Unido ante la S. Sede
'El momento más importante de mi estancia aquí fue la canonización de John Henry Newman. Fue algo que ni pensaba que pudiera ocurrir....”
En su retorno a Inglaterra, las imágenes de esa jornada quedarán para toda la vida en la memoria de la embajadora Axworthy.
