Francisco saluda a todos como señal de respeto, hasta el guardia suizo que custodiaba la entrada de Casa Santa Marta.
Fuera de su residencia lo esperaba el staff de Lamborghini, la marca de automóviles de lujo.
“Santidad. Es un privilegio para nosotros estar aquí con usted”.
Lo saludó Stefano Domenicali, presidente de Lamborghini desde 2014. Los 23 años anteriores los pasó en la Fórmula 1 con la Ferrari.
Y este es el modelo Huracán que regalaron al Papa. Un ejemplar único de uno de sus mejores modelos. Lujo y potencia con los colores del Vaticano.
Francisco primero lo firmó...
...luego lo bendijo.
“Muchas gracias y rezad por mí”.
… y ahora lo mandará a una subasta. Lo recaudado lo destinará a tres grandes proyectos humanitarios.
El primero para ayudar a los cristianos que huyeron del Estado Islámico a volver a la Llanura de Nínive en Irak.
El segundo para ayudar a mujeres víctimas de la trata de personas y la prostitución.
El tercero para iniciativas sociales: una fundación que opera en África la mano de niños amputados o heridos; y otra que sigue proyectos de desarrollo en la República Centroafricana.