Así comenzó el encuentro del Papa con el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta. El mandatario africano aseguró a Francisco que conocerlo ha sido un honor, no solo para él sino para todo el pueblo de Mali.
Mantuvieron un encuentro muy amistoso en el que no faltaron las bromas pero tampoco los temas serios, como la situación humanitaria provocada por la violencia yihadista que padece el Sahel. Solo en 2019 más de 450 civiles fueron asesinados en Mali por estos grupos extremistas. La situación ha llevado a toda la zona además al borde de la hambruna.
Boubacar Keïta viajó acompañado por su familia y una delegación gubernamental.
Regaló a Francisco este tejido tradicional elaborado por las madres malienses. El presidente agradeció así al Papa su preocupación por Mali.
“Sentimos que usted está con Mali”.
“Muchas gracias”.
El Papa le regaló el medallón de San Martín que entrega su capa al pobre. También algunos de los documentos más importantes de su pontificado. Y prueba del tono distendido del encuentro fue esta broma final del Papa.
“Tenemos que decir a los periodistas que hemos hablado en latín”.
Francisco se despidió del presidente llamándole “mi hermano” y le pidió que rece por él.
Ángeles Conde