Este lugar es único en el mundo. Se llama “Hogar de Nazareth” y está en Ghana. Aquí la religiosa Therese Stan da refugio a niños con discapacidad.
El drama es que en sus poblados, por ser así, la gente les acusa de brujería. Como ocurrió a Sarah, que tiene algunas dificultades para hablar.
“Vine aquí porque me acusaron de brujería. Toda mi familia y todo mi pueblo me condenaron”.
El “Hogar de Nazareth” es uno de los 2.800 proyectos a los que ayuda la Infancia Misionera, una red internacional de niños que con oración y pequeñas aportaciones sostienen a 4 millones de niños de las misiones.
El Papa les dio las gracias hace muy pocos días.
FRANCISCO
“En la Jornada Mundial de la Infancia Misionera participan muchos niños y jóvenes de todo el mundo. Se lo agradezco a cada uno de ellos y los animo a ser testimonios alegres de Jesús, buscando siempre llevar fraternidad entre los de su edad”.
Con la Infancia Misionera los niños no sólo ayudan a otros niños sino que conocen mejor su fe, aprenden lo que ocurre en países lejanos y acogen a todos sin importarles su raza o religión.
Además, dejan de ser indiferentes a las necesidades espirituales o materiales de otros de su edad.
JOSÉ MARÍA CALDERÓN
Obras Misionales Pontificias, España
“En muchas situaciones la Iglesia es la institución que ejerce de familia para esas personas y son acogidos con muchísimo amor esos niños, esas niñas, y es donde descubren en ese ambiente que su vida tiene un valor, que su vida tiene sentido”.
Esto es evidente en el “Hogar de Nazaret”, donde han salvado la vida a 80 niños.
Y como esos pequeños van creciendo, la religiosa está construyendo una escuela de formación profesional y una clínica, para que un día puedan ganarse la vida con un futuro digno.
También, gracias a la ayuda de niños de todo el mundo.
Javier Martínez-Brocal