En la audiencia general, Francisco reflexionó sobre la Semana Santa
Recordó que también este año las ceremonias litúrgicas estarán muy marcadas por las limitaciones de la pandemia.
FRANCISCO
También este año viviremos las celebraciones pascuales en el contexto de la pandemia. En las tantas situaciones de sufrimiento, especialmente cuando quienes las padecen son personas, familias y poblaciones ya marcados por la pobreza, calamidades o conflictos. La Cruz de Cristo es el signo de la esperanza que no desilusiona y nos dice que ni una lágrima, ni un gemido, serán olvidados en los planes de salvación de Dios.
El Papa dijo que probablemente en estos días, al mirar el crucifijo, vengan a la cabeza los padecimientos injustos de tantas personas.
FRANCISCO
Víctimas inocentes de las guerras, de las dictaduras, de las violencias cotidianas, de abortos... Ante la imagen del Dios crucificado llevaremos, en la oración, los muchos, demasiados crucificados de hoy.
Y hay muchos. No olvidéis a los crucificados de hoy, que son la imagen de Jesús crucificado, y en ellos está Jesús.
El Papa explicó que la crucifixión de Jesús, su contacto con el dolor y con la muerte son la prueba de cuánto ama profundamente a cada persona.
FRANCISCO
Entra en el sufrimiento, en las calamidades de este mundo, para redimirlo y transformarlo, y también para liberar a cada uno de nosotros del poder de las tinieblas, de la soberbia, de la resistencia a ser amado, a ser amados por Dios.
El Papa tiene previsto celebrar casi todas las ceremonias de Semana Santa en la basílica de San Pedro. Todos, excepto los oficios del Jueves Santo, que conmemoran la Última Cena.
