Se cumplen diez años de una de las ceremonias más importantes que han tenido lugar en esta plaza, la beatificación de Juan Pablo II.
Un millón y medio de peregrinos viajaron hasta Roma para participar en la ceremonia, el 1 de mayo de 2011.
Peregrina
“Vengo porque he sentido algo maravilloso y las dos veces que estuve cerca de él tuve una impresión preciosa”.
Peregrino Nigeria
“África, venimos de África de muy muy lejos porque fue un gran hombre de Dios. El Papa vino a Nigeria y ahora nosotros venimos a Roma”.
Muchos acamparon cerca de la plaza de San Pedro, para ser los primeros en entrar...
A las cinco de la mañana, la policía comenzó a permitir la entrada.
En poco tiempo, cientos de miles de peregrinos abarrotaron los alrededores del Vaticano.
Algo más tarde entraron en la plaza las 87 delegaciones de todo el mundo, entre ellos, siete jefes de Gobierno, 16 jefes de Estado y cinco casas reales.
La ceremonia comenzó a las 10 de la mañana. Y pocos minutos más tarde, el Papa pronunció la fórmula oficial.
BENEDICTO XVI
“Con nuestra autoridad apostólica concedemos que el Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II, papa, sea llamado de ahora en adelante beato”.
Luego, la religiosa polaca que cuidó a Juan Pablo II hasta su muerte y la monja francesa curada milagrosamente de parkinson por intercesión de Juan Pablo II, acercaron a Benedicto XVI una reliquia de Juan Pablo II.
Tras la misa, el Papa y los cardenales rezaron ante el féretro del nuevo beato. También cientos de miles de peregrinos pudieron acercarse.
Unos días más tarde, los restos de Juan Pablo II fueron trasladados definitivamente a la Capilla de San Sebastián, dentro de la Basílica de San Pedro, donde aún reposan.
Desde entonces, este lugar se ha convertido en uno de los más visitados del Vaticano.
Javier Martínez-Brocal
