Francisco se desplazó a la catedral maronita de Nuestra Señora de las Gracias. Allí le esperaban catequistas, sacerdotes, obispos, religiosos y miembros de movimientos eclesiales.
Esta catedral está situada en la zona neutral de la isla, la que está controlada por los cascos azules de la ONU.
La mitad norte fue invadida por los turcos en 1974. Desde entonces Chipre reclama esa porción que les fue arrebatada y que vive bajo la influencia turca.
Este evento marcó profundamente al país y a la comunidad católica, como el patriarca de Antioquía de los Maronitas, el cardenal Boutros Rai, contó al Papa.
-“Hoy en día, tras los acontecimientos de 1974 y la división de la isla, el número de maronitas es de 7.000 “.
La comunidad maronita llegó a contar con 80.000 personas en el siglo XIII. Sin embargo fue perdiendo presencia a causa de las guerras y persecuciones.
Francisco también escuchó testimonios como la de esta religiosa.
Le contó cómo fue la invasión turca del 74. Las ancianas de su congregación se lo narraron. Tuvieron que huir corriendo para salvar la vida, aunque pensaban poder volver pronto. Han pasado 47 años desde entonces.
Francisco les aconsejó paciencia. Dijo que es la clave para la unificación en Chipre y en la Iglesia.
Recordó el ejemplo del apóstol Bernabé, patrón de la isla, de quien el Papa destacó su paciencia ante los defectos de las primeras comunidades cristianas.
Dijo que la Iglesia debe actuar así, también hoy en día y concretamente en Europa, donde el cristianismo ha perdido peso.
FRANCISCO
'Es un mensaje importante también para la Iglesia en toda Europa, marcada por la crisis de fe. No sirve ser impulsivos, no sirve ser agresivos o nostálgicos o quejarse, sino que conviene seguir caminando, leyendo las señales de los tiempos y las señales de las crisis. Es necesario volver a anunciar el Evangelio con paciencia'.
La Iglesia católica en Chipre tiene fieles de rito latino y de rito maronita, cuya historia ha estado siempre marcada por la persecución, dada su proximidad al mundo musulmán. De Líbano muchos fueron a Chipre y de Chipre, con el paso de los siglos muchos emigraron a otros países.
Ahora tienen comunidades asentadas en Australia, México, Estados Unidos o Argentina.
JRB
VM
