El Papa entró ayudado por su bastón en el Aula Pablo VI. Allí recibió a los participantes en el congreso internacional “Sport for All”. Es una iniciativa para sensibilizar a altos cargos del mundo del deporte sobre su responsabilidad social, la necesidad de abrirlo a todos y eliminar barreras a las personas con una discapacidad.
Francisco dijo que para llegar más alto, más rápido y más fuerte (es el lema olímpico) hace falta jugar en equipo. También que el deporte es una seña de identidad de cualquier institución cristiana. Especialmente de las que trabajan con jóvenes.
FRANCISCO
La Iglesia es cercana al deporte porque cree que el juego y la actividad deportiva es un lugar de encuentro entre personas, de formación en valores y de fraternidad. Por eso el deporte es una marca de la casa en la Iglesia, especialmente en las escuelas, oratorios o centros juveniles.
El Papa insistió a los presentes en que el deporte debe ser generativo, es decir, debe ser capaz de educar y crear relaciones entre las personas. Si no, no lo considera deporte sino una mera actividad económica.
FRANCISCO
Fuera de esta lógica, corre el riesgo de caer en la maquinaria del “business”, del beneficio, de un espectáculo consumista que produce “personajes”.
Y pidió a todas las autoridades reunidas que hagan lo que esté en su mano por hacer del deporte una casa abierta a todos.
FRANCISCO
Que en esta casa no se pierda jamás la atmósfera familiar. Que se pueda encontrar, también en el mundo del deporte, hermanos y hermanas, amigos y amigos. Estoy cerca de vosotros en esta misión y la Iglesia os sostiene en este empeño educativo y social.
Por último el Papa saludó en persona a los presentes, entre los que había deportistas con discapacidad y Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional.
Rodrigo Moreno Quicios
