La hermana comboniana Maria De Coppi fue asesinada por yihadistas en Mozambique el 7 de septiembre. Vivía en la Misión de Chipenne con dos sacerdotes y otras cuatro combonianas. Su muerte ha dejado un gran vacío en la comunidad.
MONS. ALBERTO VERA
Obispo de Nacala, Mozambique
Todos la llamaban “nuestra madre”, la consideraban una verdadera madre. Su dedicación desde que llegó hace 59 años fue siempre trabajar en la paz
Escuchaba, atendía y acompañaba a todos los mozambicanos pobres de la misión. A la mayoría. A todos los cristianos, mas también a todos los musulmanes.
Pocos días después de su muerte, el Papa pidió por ella tras el rezo del Ángelus en San Pedro.
FRANCISCO
En este momento de oración, quiero recordar con cariño a la hermana María de Coppi, misionera comboniana, asesinada en Chipene, Mozambique, donde sirvió con amor durante casi sesenta años. Que su testimonio dé fuerza y valor a los cristianos y a todo el pueblo de Mozambique.
El obispo de la región explica quiénes están detrás de este asesinato.
MONS. ALBERTO VERA
Obispo de Nacala, Mozambique
Son jóvenes que están engañados por motivo de dinero. Ellos han asumido las armas y esto ha comenzado hace unos 20 años cuando aquí se empezaron a construir un tipo de mezquitas fundamentalistas. Y se siguen construyendo.
Considera que estas comunidades nada tienen que ver con el islam tradicional, con el que guarda una estrecha relación. Cada vez que visita una comunidad, los vecinos musulmanes participan activamente. Pone el ejemplo de su último viaje.
MONS. ALBERTO VERA
Obispo de Nacala, Mozambique
Estuvieron incluso en la Misa. Participaron en la Misa, que había confirmaciones. Terminamos la Misa. Les dejé un poco hablar, saludar. Luego hicieron su oración ahí, aparte, a las doce debajo de un árbol. Y luego comimos todos juntos. Quiero decir, que no es un problema de religión.
Entonces, aquí colaboramos y trabajamos unidos. Y trabajamos con musulmanes y con cristianos y con quien sea.
Desde Obras Misionales Pontificias ponen en relieve el testimonio de Maria De Coppi. Pasó en Mozambique 59 años y acompañó la Misión desde sus orígenes. Gracias a ella varias generaciones aprendieron a leer y encontraron una salida a la pobreza.
MONS. GIAMPIETRO DAL TOSO
Presidente, Obras Misionales Pontificias
Espero que este trágico evento pueda servir de ayuda, antes que nada, para buscar de nuevo y encontrar un camino de paz para este pueblo. E después que sea una ayuda para reconocer la acción de los misioneros, una acción que realmente va a favor de aquel pueblo.
Muestra cómo tantos misioneros han salido y perdido a menudo su vida por el Evangelio.
La muerte de Maria De Coppi es una muestra de cómo fue su vida. Una completa entrega a los demás hasta el final.
Rodrigo Moreno Quicios
