Tras el viaje a Lisboa, Francisco retoma su agenda normal. En julio, el papa redujo sus encuentros. Se trata de un mes en el que, tradicionalmente, los papas aprovechan para descansar o trabajan de puertas para adentro.
Por lo tanto, en este mes vuelven las audiencias generales de los miércoles y los encuentros oficiales en el Palacio Apostólico. Esto no quiere decir que Francisco no recibiese visitas en julio. Estuvo con el expresidente de Estados Unidos o con el presidente de Vietnam.
Además, el papa viajará a Mongolia, donde estará del 31 de agosto al 4 de septiembre.
Se trata de un destino muy deseado por Francisco e importante en términos geopolíticos. Es un país que limita con Rusia, China y Kazajistán y donde la comunidad católica está representada por menos del 1% de la población.
CA