La basílica de San Pedro se convirtió durante unas horas en la cárcel de mil presos y presas, que viajaron a Roma con sus familiares y con funcionarios de sus prisiones. Juntos ganaron el Jubileo.
Con rostros emocionados, asistieron conmovidos a la Misa del Papa, quien les pidió que no sean prisioneros de un pasado que no pueden cambiar, y que miren al futuro que sí que pueden construir con su responsabilidad y con la ayuda de Dios.
FRANCISCO
'En primer lugar, la certeza de la presencia y de la compasión de Dios, no obstante el mal que hemos cometido. No existe lugar en nuestro corazón que no pueda ser alcanzado por el amor de Diosâ?.
El Papa pidió a la sociedad que también ponga algo de su parte, que confíe en la rehabilitación y que contribuya a que estas personas puedan retomar una vida normal.
FRANCISCO
'A veces, una cierta hipocresía lleva a ver sólo en vosotros personas que se han equivocado, para las que el único camino es la cárcel. Os digo: cada vez que entro en una cárcel, me pregunto: '¿Por qué ellos y no yo?'. Todos tenemos la posibilidad de equivocarnos: todos. De una manera u otra, nos hemos equivocadoâ?.
En la basílica había una imagen de la Virgen con el Niño, que tenía en la mano unas cadenas rotas, las cadenas de la esclavitud y de la prisión.
Por unos instantes los prisioneros respiraron libertad en el Vaticano.
Luego, en el ángelus en la plaza, el Papa volvió a hablar de ellos y pidió que la cárcel no sea sólo un lugar de castigo, sino que se organice con la perspectiva de la recuperación social.
FRANCISCO
'Pido que mejoren las condiciones de vida en las cárceles de todo el mundo, que sea respetada plenamente la dignidad humana de los detenidos. Además, deseo recordar la importancia de reflexionar sobre la necesidad de una justicia penal que no sea exclusivamente punitiva, sino abierta a la esperanza y a la perspectiva de reintegrar al reo en la sociedadâ?.
El Papa pidió a todos los gobiernos del mundo que con motivo del fin del Jubileo: que hagan un gesto de clemencia hacia encarcelados que reúnan condiciones para ser liberados, aunque no hayan cumplido la condena.
En el mundo hay casi 23 millones de presos. El primer país con más presos es Estados Unidos, seguido de China y Rusia.
JMB
CTV
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