No es habitual ver a más de 300 futuros médicos, enfermeras y enfermeros fuera de las aulas. Pero fueron juntos al Vaticano para recibir una lección del Papa.
Lo hicieron por dos motivos. Primero, porque su universidad cumple 25 años. Y segundo, porque para ellos la cama del enfermo es el punto de encuentro entre ciencia y la fe. Y este fue el mensaje que les dejó Francisco.
FRANCISCO
“Saludo al grupo de la Universidad del Campus Biomédico de Roma, que cumple 25 años desde que comenzó sus actividades. Os invito a vivir el aniversario como oportunidad para un impulso renovado al servicio del enfermo, que testimonie la alegría y los valores de la fe”.
Andrea estudia enfermería. Cuenta cómo uno de los enfermos que conoce dice haber encontrado a Dios en el momento más difícil: luchando contra el cáncer.
ANDREA
Estudiante de Enfermería
“Es un hombre que ha viajado por todo el mundo y que descubrió la fe a través de la enfermedad.
La semana pasada su mujer vino a la Plaza de San Pedro con la imagen de la Virgen Desatanudos de la que es muy devota.
El Papa quedó asombrado por la historia y llamó por teléfono a su marido”.
Los enfermos siempre tienen un lugar reservado en los encuentros con el Papa. En sus viajes suele incluir una parada en un centro médico, donde se ven escenas como esta con niños de un hospital pediátrico.
FRANCISCO
“Vamos a hacer una cosa. Yo me llevo este rosario y se queda en un cajón pero cuando yo me muera se va a perder y yo no quiero que se pierda. Yo te lo voy a bendecir y te nombro custodio de mi rosario. Y vos me lo vas a cuidar. ¿De acuerdo? Y de vez en cuando reza por mí?”.
En aquella ocasión el Papa recomendó a los médicos y enfermeros aplicar a los pacientes una terapia barata y eficaz: “la cariñoterapia”.