El Papa comenzó el mes de marzo con esta visita a un hogar para madres reclusas con sus hijos pequeños.
“La más pequeña de la casa”.
“Buenas tardes”.
“¿Cómo se llama?”
“Ana”.
En el pasado la casa era de una organización criminal. Pero fue confiscada y ahora se utiliza para ofrecer una oportunidad a estas madres.
Eso sí, antes de marcharse les regaló estos enormes huevos de Pascua, tan grandes casi como los proprios niños.
Como era Cuaresma, en marzo el Papa participó en una ceremonia penitencial, para ayudar a vivir el sacramento de la confesión.
FRANCISCO
“El amor de Dios es siempre más grande de lo que podemos imaginar, y se extiende incluso más allá de cualquier pecado que nuestra conciencia pueda reprocharnos”.
Pasados unos minutos, el Papa en persona se confesó y también administró el sacramento de la penitencia a varias personas.
En marzo el Papa quiso participar en la conmemoración de los 50 años de la comunidad de Sant'Egidio.
Este movimiento católico ayuda y cuida a personas sin hogar, a refugiados o a ancianos.
Algunos aprovecharon la oportunidad de contárselo al Papa.
FRANCISCO
“El cristiano, por su vocación, es hermano de cada hombre, especialmente del pobre, y también si es enemigo. No digáis nunca: '¿Y yo qué tengo que ver?'”.
A mediados de mes, Francisco hizo un breve viaje a San Giovanni Rotondo, para rezar ante la tumba de Padre Pío, pues se conmemoraban 50 años de su fallecimiento.
FRANCISCO
“San Pio, cincuenta años después de su marcha al Cielo, nos ayuda, porque como legado nos quiso dejar la oración. Aconsejaba: 'Rezad mucho, hijos míos, rezad siempre, nunca os canséis'”.
En marzo dimitió un alto cargo del Vaticano, el prefecto de Secretaría de Comunicación, tras instrumentalizar una carta privada de Benedicto XVI durante la presentación de un libro, y censurar los párrafos críticos con la obra.
Y en marzo se celebró la Semana Santa en Roma. El domingo de Ramos el Papa encabezó la procesión que recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén antes de su Pasión.
Celebró la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo en la prisión romana Regina Coeli.
FRANCISCO
“La señal de que Jesús nos sirve hoy aquí, en Regina Coeli, es que ha querido elegir a 12 de vosotros, como a los 12 apóstoles, para lavaros los pies”.
Después lavó los pies a doce de ellos. Ocho católicos, un ortodoxo, un budista y dos musulmanes.
El Viernes Santo Francisco presidió la ceremonia de la Pasión del Señor en la basílica de San Pedro, una ocasión en la que no habló con palabras sino con fuertes gestos.
Por la noche se desplazó al Coliseo de Roma para rezar el Vía Crucis en este lugar que evoca el sufrimiento de los mártires del cristianismo.
Cada estación estuvo acompañada por una meditación realizada por adolescentes de una escuela de Roma que además portaron la cruz.
El sábado, el Papa presidió la vigilia Pascual en la basílica de San Pedro, y como es tradicional, durante la ceremonia recibieron el bautismo 8 adultos.
El Domingo de Pascua impartió la tradicional bendición “Urbi et Orbi” en la que rezó especialmente por Siria.
FRANCISCO
“Para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo”.
Y con esta bendición concluyeron las celebraciones de la Semana Santa en Roma, la quinta presidida por el Papa Francisco.
