El Papa mantuvo un encuentro con la ROACO, la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales. Su presidente, el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, saludó a Francisco en nombre de todos los miembros de este organismo.
“Expreso a su Santidad el más profundo agradecimiento por este encuentro que abre los trabajos de la 92 asamblea plenaria de la ROACO”.
El Papa anunció por sorpresa que el próximo año quiere viajar a un país marcado desde hace décadas por la guerra y donde los cristianos han sufrido persecución.
FRANCISCO
“Un pensamiento insistente me acompaña pensando en Irak, -donde tengo la voluntad de ir el año que viene-, para que pueda mirar adelante a través de la pacífica y compartida participación en la construcción del bien común de todos los componentes, -también los religiosos-, de la sociedad y no vuelva a caer en tensiones que vienen de los conflictos interminables de las potencias regionales”.
También recordó el sufrimiento de la población en Ucrania, Siria e Irak, países inmersos en conflictos bélicos o donde la violencia es constante. Por eso, pronunció unas duras palabras contra quienes se benefician de guerras como estas a través del comercio de armas.
FRANCISCO
“Muchas veces pienso en la ira de Dios que se desatará contra los responsables de esos países que hablan de paz y venden las armas para hacer estas guerras. Esta hipocresía es un pecado”.
Francisco además criticó la doble moral de abrir los puertos y las puertas para las armas, pero no para las personas que se ven obligadas a huir de sus hogares.
FRANCISCO
“Gritan personas que huyen amontonadas en barcos, buscando esperanza, sin saber qué puertos podrán acogerlas en Europa, que sí que abre las puertas a embarcaciones que tienen que cargar sofisticado y costoso armamento, capaz de producir una destrucción que llega hasta los niños. Esta es la hipocresía de la que hablo”.
El Papa tampoco quiso olvidarse de la situación en Tierra Santa donde deseó que reine la convivencia pacífica y el respeto mutuo entre todos sus habitantes.