El encuentro del Papa con los líderes cristianos de Líbano comenzó en la residencia de Francisco, en Casa Santa Marta. Eran las 8:30 de la mañana.
El primero que lo saludó fue el cardenal Boutros Raï, patriarca maronita.
Luego, Aram I, Catolicós de la Iglesia Armenia de Cilicia.
-Buenos días. ¿cómo está?
-Bien.
-¿Está bien? ... Gracias. Estoy muy contento de estar aquí.
Tras saludar a todos los participantes salieron de Casa Santa Marta y entraron en San Pedro.
La basílica estaba prácticamente vacía. Todos se situaron ante el altar principal, el de la confesión. Y allí Francisco entonó la oración por excelencia que une a todos los cristianos: el Padrenuestro.
Los líderes cristianos de Líbano se sumaron.
Lo hicieron en árabe y luego permanecieron durante varios minutos rezando en silencio.
Después bajaron las escaleras, a la cripta desde donde se contempla la tumba de San Pedro y dejaron una vela.
Los representantes de las Iglesias cristianas de Líbano comenzaron así el encuentro por la paz en su país. En un clima de recogimiento y oración.
El plan del día contempla tres reuniones en el Palacio Apostólico del Vaticano y la conclusión, de nuevo en la basílica de San Pedro.
Javier Romero