El Papa Francisco se reunión con un grupo de agustinos recoletos. Están en Roma celebrando su capítulo general número 56.
'Son un tiempo de gracia y una oportunidad para la oración, la escucha, el diálogo y el discernimiento'.
Le preguntaron al Papa cómo hacer una renovación profunda. Él les respondió que, aunque sean célibes, están llamados a ser padres.
FRANCISCO
Todo consagrado, todo religioso, todo sacerdote está llamado como José a tener un corazón de padre, es decir, un corazón inquieto que se desvela por amar y cuidar a los hijos e hijas que le han sido confiados. Especialmente a los más frágiles, a los que sufren, a los que no han tenido experiencia del amor paterno.
Francisco les insistió en que, para vivir esta vocación, es imprescindible tener una relación profunda y humilde con Dios.
FRANCISCO
Pero atención, no olvidemos que no podemos ser verdaderos padres sin experimentar el ser hijos, hijos del Padre Celestial. No dejemos de acudir a él cada día con confianza. Él nos escucha, escucha los deseos y necesidades de nuestro corazón y nos indica el camino a seguir.
Por último, Francisco les invitó a preguntarse qué hacer si algún día no hay más vocaciones a su congregación. Les animó a contagiar su carisma al laicado y confiar en que otras personas lo podrán llevar adelante.
RM