África llega al cónclave con 17 cardenales electores. Eran 18, pero uno de ellos procedente de Kenia no participará.
De entre ellos destacan perfiles como el salesiano Cristóbal López Romero. El español fue nombrado por Francisco arzobispo de Rabat, en Marruecos. Allí desempeña su labor entre musulmanes y migrantes que intentan llegar a frontera con Europa.
Más al sur, en República Centroafricana, destaca el cardenal Nzapalainga; un cardenal curtido en el diálogo interreligioso y en la atención a los necesitados.
El cardenal Souraphiel, de Etiopía, sabe lo que es estar en la cárcel por ser cristiano. Es el segundo purpurado de su país en la historia y vive en una de las regiones azotada por las mayores crisis humanitarias del mundo, el cuerno de África.
Fridolin Ambongo, de República Democrática de Congo, destacó por su gestión ante la polémica Fiducia supplicans que permitía la bendición de parejas del mismo sexo. Como presidente del simposio de las conferencias episcopales de África señaló que no veía conveniente aplicar esa medida en su continente. Pero antes de hacerlo informó al papa, un gesto al que no estaba obligado, puesto que el propio documento dejaba en manos de cada obispo el aplicarlo o no.
Por último están los africanos de curia. Peter Turkson, de Ghana, es uno de los históricos. Robert Sarah cumple 80 años en junio, por lo que es elector y Protase Rugambwa, de Tanzania.
JRB