Tras la muerte y el funeral del Papa Francisco, el foco se traslada ya a la apertura del Cónclave para elegir al próximo Papa. Casi todos los cardenales están en Roma desde hace unos días y, por las conversaciones privadas, hay un nombre que se impone a todos los demás. Se trata del ex Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin. Y digo ex secretario porque todos los altos cargos de la Santa Sede, incluído el suyo, cesaron tras la muerte de Francisco. Técnicamente, no tiene ninguna labor, ningún poder en el Vaticano, pero sí conserva toda la autoridad.
Es frecuente que quienes aparezcan como favoritos antes del Cónclave no salgan elegidos. Y con este comentario no quiero anticiparme al Espíritu Santo, simplemente quiero exponer cinco razones que le sitúan como número uno.
- EXPERIENCIA DIPLOMÁTICA
En primer lugar, una enorme experiencia diplomática. Parolin hizo la carrera diplomática en la Santa Sede, estudió en la Pontificia Academia Eclesiástica, y trabajó en las nunciaturas de Nigeria y México, antes de ser nuncio en Venezuela. De allí lo llamó el Papa Francisco a ser número dos del Vaticano en el año 2013 y ha permanecido en el cargo durante todo el pontificado. Habla español, francés, inglés e italiano con fluidez. Vivimos en un mundo en guerra, donde la prudencia y la habilidad diplomática de la Iglesia Católica son un activo fundamental, tal y como hemos visto con el encuentro de Trump y Zelenski en el Vaticano. - ESPIRITUALIDAD
Profunda espiritualidad. Es algo que muchos medios informativos no lo valoran, ya que el juicio que plantean se limita a criterios políticos. Pero la espiritualidad, la vida interior de un cardenal, cuenta mucho a la hora de ser elegido. Las personas que le conocen de cerca, algunos de ellos buenos amigos míos, confirman que es una persona que dedica tiempo a la oración personal, que medita y por ello vive la caridad con sus colaboradores y amigos. No he escuchado a ninguno de sus empleados hablar mal de este cardenal. Y no puedo decir lo mismo de todos los que estarán en el Cónclave.
- UNIDAD
La unidad en la Iglesia es fundamental. En el pontificado de Francisco hemos vivido la amenaza de la ruptura en Alemania, con obispos y laicos que plantean una doctrina distina. Pero también ha habido una relación muy tirante con comunidades tradicionalistas o con amplios sectores de la Iglesia en los EEUU. Si algo ha conseguido Parolin como Secretario de Estado es limar fricciones y ayudar a que todos los sectores de la Iglesia se mantengan unidos. Es uno de los desafíos de la Iglesia Católica para los próximos años.
- DISCRECIÓN Y PROTOCOLO
La forma de ser del Papa Francisco, cercano y campechano, le llevaba a romper el protocolo en muchas ocasiones. Era algo muy humano, pero que hacía difícil el trabajo de quienes le rodeaban. No es difícil entender que si el Papa decidía, por ejemplo, salir de repente a una tienda de gafas o a rezar a Santa Maria Maggiore, sin previo aviso, la Guardia Suiza se tuviera que ajustar de urgencia. Era preciso avisar a la Policía italiana, porque ese era su territorio. Y si le ocurría algo al Papa en Roma era su responsabilidad. Es un ejemplo, pero que ayuda a entender que saltarse el protocolo tiene sus consecuencias. Por eso, contar con un perfil como el de Parolin, menos espontáneo y más atento al protocolo, puede aportar tranquilidad tras un pontificado más agitado en la Curia. - ES ITALIANO
El polaco Karol Wojtyla rompió una tradición de papas italianos que se mantenía desde hacía 400 años. El último no-italiano, Adriano VI, holandés promovido por el emperador español Carlos V, ocupó el cargo entre 1522 y 1523. El caso es que tras Juan Pablo II, vinieron un alemán, Benedicto XVI, y un argentino, Francisco. Y hay que recordar que el Papa es el obispo de Roma y que la Curia Vaticana está dentro de Roma, con muchísimos empleados italianos. El que gobierne la iglesia un extranjero genera tensiones que se han agudizado con Francisco, pero que vienen de lejos. Contar con un obispo italiano, de la maravillosa ciudad de Vicenza, en el Veneto, puede ser un punto a favor.
Estos son los cinco elementos que convierten al cardenal Pietro Parolin en el principal favorito para el Cónclave. En Roma se dice que quien entra en el Cónclave como Papa sale de cardenal. No tengo ninguna certeza. Me limito a aportar información y contexto para entender la situación.
Desde Roma, Antonio Olivié para la plataforma SAINT y Rome Reports