El Papa se reunió en privado con el presidente de las Islas Mauricio y también conoció a su familia.
Después Francisco plasmó su firma en el libro de honor.
A continuación mantuvo un encuentro, también en privado, con el primer ministro del país con quien intercambió estos regalos.
Después llegó el encuentro con los representantes de la sociedad civil y cuerpo diplomático que se celebró en este mismo salón, donde también fue acogido Juan Pablo II hace 30 años. El presidente habló muy cariñosamente a Francisco.
“Gracias por todo y de todo corazón”.
El primer ministro aseguró al Papa que los mauricianos de todas las religiones estaban felices con su visita.
Precisamente en su discurso Francisco elogió esta convivencia ejemplar entre musulmanes, cristianos e hindúes.
A diferencia de otros países de su zona, la República de Mauricio goza de una buena situación económica. Por eso, Francisco quiso hacer a sus gobernantes esta petición.
FRANCISCO
“Os animo a no sucumbir a la tentación de un modelo económico idólatra que siente la necesidad de sacrificar vidas humanas en el altar de la especulación y la mera rentabilidad, que sólo toma en cuenta el beneficio inmediato en detrimento de la protección de los más pobres, de nuestro medio ambiente y sus recursos”.
Al final del encuentro el Papa bendijo unas plantas que representan el compromiso del país por el cuidado del medio ambiente.
Y después, partió al aeropuerto entre el cariño de cientos de personas que lo esperaban en las calles.
Minutos después, ya caída la noche, Francisco llegó al avión acompañado por el primer ministro de Islas Mauricio. Concluyó así su visita relámpago de 8 horas al país y su cuarto viaje apostólico al continente africano.
