En su homilía en Casa Santa Marta el Papa explicó que para que uno pueda abrir su corazón a los demás, primero debe desprenderse de reglas y pensamientos rígidos.
FRANCISCO
“Los tozudos de alma, los rígidos, no comprenden qué es la misericordia de Dios. Son como Jonás: ‘Debemos predicar esto, que estos sean castigados porque han hecho el mal y deben ir al inferno…’. Los rígidos no saben ensanchar el corazón como el Señor. Y olvidan que la justicia de Dios se ha hecho carne en su Hijo; se ha hecho misericordia, se ha hecho perdón; que el corazón de Dios siempre está abierto al perdón”.
Francisco explicó que aferrarse a la justicia de “tú me la haces” ahora, “yo te la hago”, sólo nos servirá para alejarnos del mensaje y la gracia de Jesús.
EXTRACTO HOMILÍA PAPA FRANCISCO
“Los tozudos de alma, los rígidos, no comprenden lo que es la misericordia de Dios. Son como Jonás: ‘Debemos predicar esto, que estos sean castigados porque han hecho el mal y deben ir al inferno…’. Los rígidos no saben ensanchar el corazón como el Señor. Los rígidos son pusilánimes, con el pequeño corazón cerrado allí, apegados a la justicia desnuda. Y olvidan que la justicia de Dios se ha hecho carne en su Hijo; se ha hecho misericordia, se ha hecho perdón; que el corazón de Dios siempre está abierto al perdón”.
“Y no es fácil comprender la misericordia de Dios, no es fácil. Se necesita tanta oración para poder comprenderla, porque es una gracia. Nosotros estamos acostumbrados al ‘me lo has hecho, te la haré’…, a esa justicia, ‘has hecho’, ‘pagas’. Pero Jesús ha pagado por nosotros y sigue pagando”.
“Este es el mensaje de este libro profético. Un diálogo entre la profecía, la penitencia, la misericordia y la cobardía o la terquedad. Pero siempre vence la misericordia de Dios, porque es su omnipotencia la que se manifiesta precisamente en su misericordia. Yo me permito aconsejarles hoy que tomen la Biblia y lean este Libro de Jonás – es muy pequeño – son tres páginas – y que vean cómo actúa el Señor, cómo es la misericordia del Señor, cómo el Señor trasforma nuestros corazones. Y dar gracias al Señor porque Él es tan misericordioso”.