En pleno centro de Roma, frente a Piazza Venezia y Via del Corso, un pequeño edificio destaca por su delicada estructura y un curioso balcón verde que sale de la estructura.
Diversas leyendas se cuentan de él. Y por ejemplo, que una elegante mujer se asomaba desde allí para observar el tráfico de carrozas y transeuntes en la antigua Plaza San Marco. Era Letizia Ramolino, madre de Napoleón, quien compró la obra del arquitecto Giovanni Antonio De Rossi, en 1818.
Años de historia que han sido abiertos al público tras obras de restauración que contaron con el apoyo de inversión privada.
MARCO SESANA
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“Restituyendo lugares que son parte de nuestra historia a la población.”
Dentro del palacio se conserva un modelo de la escultura de Napoleón Bonaparte como Marte Pacificador, además de pinturas que adornan las paredes y frescos que muestran el explendor y riqueza de esta familia.
El piso está adornado con pequeños mosaicos que forman ricos diseños de la época, pero están protegidos por una plataforma transparente que preserva años de historia.
Ahora los habitantes de Roma y los miles de turistas que acuden a la Ciudad Eterna podrán disfrutar de este lugar convertido en una gran sala de exhibiones artísticas.
El próximo 6 de octubre acoge su primera muestra sobre Impresionismo con 50 obras de colecciones privadas y nunca prestadas de artistas como Monet, Renoir, Cézanne y Gauguin.