El estadio Sir John Guise de Papúa Nueva Guinea estaba lleno de jóvenes que iban a participar en el último encuentro con el papa en su país.
Tres de ellos compartieron sus historias públicamente y se dirigieron al papa. Algunos describieron los problemas de vivir en familias rotas.
Todos venimos de familias que debían formarnos y para afrontar el futuro. ¿Cómo es posible que hoy en día uno de los problemas que afectan a los jóvenes y a nuestra sociedad sea el maltrato familiar?
En su discurso el papa reflexionó sobre la importancia de que las distintas generaciones de una familia tengan buen trato.
FRANCISCO
Hay una relación muy importante en la vida del joven. La cercanía a los abuelos. ¿Estáis de acuerdo?
Sí.
Ahora todos juntos digamos: ¡Viva los abuelos!
Viva los abuelos.
Muchas gracias.
Uno de los desafíos de Papúa Nueva Guinea es la unidad; pues dentro del país conviven más de 800 grupos étnicos distintos, cada uno con su idioma. El papa dijo que los jóvenes pueden ayudar mucho en la tarea de forjar la unidad.
Francisco cerró el encuentro pidiendo oraciones, como suele hacer, aunque en esta ocasión, se aventuró a decirlo en inglés.
FRANCISCO
Rezo por vosotros. Rezo por vosotros. Y no os olvidéis de rezar por mí, porque mi trabajo no es fácil. Muchas gracias por vuestra presencia. Muchas gracias por vuestra esperanza.
Después, el papa se desplazó al aeropuerto para poner fin a esta segunda fase del largo viaje y poner rumbo a Timor Oriental.
KG
TR: JRB